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¿SOMOS NUESTRO CEREBRO?


Claro está que el cerebro es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, así como la herramienta más compleja que poseemos y que sin él no podríamos vivir, éste es el responsable de todas nuestras acciones básicas y necesarias como pensar, razonar o aprender entre muchas otras, pero, ¿qué relación tiene el cerebro con el comportamiento? bien es cierto que a priori estos dos elementos no tienen mucho que ver ni parecen estar relacionados el uno con el otro, pero en realidad el cerebro tiene mucha más determinación en nuestra manera de actuar de lo que pensamos. 

 

Éste recibe información tanto del interior de nuestro cuerpo como del exterior que nos permite desarrollar una posición ante la vida u otra. Esta relación de cerebro-comportamiento, que se podría entender como una relación de biología-psicología, está determinada por el funcionamiento del cerebro, pero, ¿cuál es el funcionamiento del cerebro? gracias a los avances en el estudio de la neurociencia podemos saber cuales son los procesos que tienen lugar en este complicado órgano, éstos se podrían resumir en la existencia de neuronas, las cuales son las células centrales del sistema nervioso y que gracias a los diferentes neurotrasmisores, tendrán una actividad u otra, por tanto, el comportamiento será un reflejo de este vínculo. 

 

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos determinar que ambos elementos están muy relacionados y que, en resumen, el comportamiento es otra de las múltiples acciones resultado del cerebro, pero, ¿depende nuestro comportamiento única y exclusivamente del cerebro? la respuesta es que no, el comportamiento esta muy influenciado y marcado por una serie de aspectos o factores que en función de cuales sean sus características, nuestro comportamiento se desarrollará de una manera u otra y éstos no dependerán en ningún caso del cerebro. Dichos aspectos serán la causa de que seamos como somos, algunos de ellos pueden ser, el entorno al que dicho individuo esté expuesto, la cultura e historia de aquel lugar en el que vive, la época en la que vive, su nivel adquisitivo, sus experiencias pasadas, la educación que ha recibido o la genética entre muchos otros. Éstos factores son, en resumen, junto al cerebro los causantes y modificadores de nuestro comportamiento, por lo tanto podemos concluir que la actitud no se rige únicamente por el cerebro.